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TORRE DEL RAME O RAMÍ. Siglo XVI

En la frontera jurisdiccional de los Concejos de Cartagena y Murcia, es una torre rural de finales del siglo XVI, mandada a construir por Don Diego Bienvengud Rosique, capitán y regidor de Cartagena, para defender de las incursiones de los piratas berberiscos su señorío de Hoya Morena y el Ramí, posiblemente sobre los restos de una torre de origen árabe, la de Faraich Arramin (Faray el Ballestero), que aparece mencionada en el Libro del Repartimiento de Murcia de Alfonso X El Sabio (siglo XIII).

Estas fortificaciones privadas formaban, junto a las torres reales y las concejiles, parte del entramado de torres vigías que fueron construyéndose durante el siglo XVI, en respuesta a los constantes ataques corsarios a la costa, fruto de la alianza entre el Imperio Otomano y los sultanatos norteafricanos.

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AERÓDROMO LOS ALCÁZARES 1915

Primera base de hidroaviones de España: en diciembre de 1915 tuvo lugar el primer vuelo de un hidroavión militar a cargo del teniente de caballería Roberto White y Santiago a los mandos de un Curtiss JN-2. Desde ese año y hasta finales de la Guerra Civil Española, el aeródromo de Los Alcázares se convertiría en una de las grandes bases de la Aeronáutica Militar Española.
En 1921 se establece la Escuela de Combate y Bombardeo Aéreos, una de las grandes escuelas aéreas militares de España junto a las de pilotaje en Alcalá, de la Clasificación en Guadalajara y la de Observadores y Mecánicos de Cuatro Vientos (Madrid). En Los Alcázares se formaron los pilotos de caza y bombarderos, artilleros y observadores aéreos, siguiendo un novedoso y avanzado sistema de enseñanza que compaginaba clases teóricas y prácticas para cada una de las especialidades (tiro y bombardeo), impartidas por los aviadores militares más destacados: Emilio Herrera, Mariano Barberán, Warleta de la Quintana, Arias Salgado y de Cubas, Riera Peña, Melendreras Sierra, Pardo García,…

Esta prácticas abarcan desde el novedoso y económico “bombardeo de gabinete”, las prácticas de tiro en vuelo sobre blancos fijos y móviles sobre el mar y los ejercicios de bombardeo con fuego real sobre la Isla Perdiguera.
La dirección del centro también contó con insignes aviadores como el Infante Don Alfonso de Orleans y Borbón, primer piloto militar español; Alfredo Kindelán, pionero de la aeronáutica militar; Ramón Franco Bahamonde, héroe del vuelo del “Plus Ultra”; el comandante Ricardo Burguete Reparaz, héroe de la guerra de Marruecos y jefe entre 1931 y 1933, que tras su muerte daría nombre a este aeródromo; o el comandante Juan Ortiz Muñoz.

El aeródromo de Los Alcázares contaba con una situación estratégica y unas notables infraestructuras: campo de vuelo de 1000 x 600 metros, hangares, los talleres del Parque Regional del Sureste, estación radiotelegráfica, ramal ferroviario, rampas de varado de hidroaviones y, en general, todas las instalaciones propias de una gran base aérea.

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ESCULTURA DE “SAZA” 2016

Autor: Armando López Gullón.

Los Alcázares fue durante muchos años, más de 50, el lugar de veraneo elegido por uno de los actores cómicos nacionales más importantes del siglo XX, José Sazatornil “Saza”. Inolvidables, entre más de un centenar de películas, sus interpretaciones en La Escopeta Nacional, El Verdugo, Amanece Que no es Poco y en Espérame en el Cielo, papel que le valió el Premio Goya al Mejor Actor de Reparto. También fue galardonado con el Premio Nacional de Teatro José Isbert (2005) y con el Premio Toda una Vida de la Unión de Actores (2014), entre otros muchos.

Era habitual ver a “Saza” paseando por Los Alcázares con su inseparable bicicleta saludando a los amigos, haciendo encargos, asistiendo a los conciertos en el Patio de La Encarnación, …, siempre mostrando su simpatía y cariño por Los Alcázares. En 2013 fue nombrado Hijo Adoptivo de Los Alcázares.

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HOTEL – BALNEARIO LA ENCARNACIÓN 1904

Primer establecimiento hotelero del Mar Menor y, posiblemente, el hotel más antiguo de la Región de Murcia en activo. Desde principios del siglo XX, verdadero referente del turismo terapéutico, pues ofrecía en sus instalaciones termales las bondades y beneficios curativos de las aguas del Mar Menor, destacando sus famosos novenarios: ciclos de nueve baños de agua extraída directamente del mar, que se calentaba a la temperatura necesaria para el cliente y depositada en bañeras de mármol.

El edificio conserva fielmente su aspecto original, con planta baja y un piso, cuya balconada circunda todo el edificio y da servicio a las habitaciones. Una escalera que daba acceso a dicha planta superior remata el conjunto. Destaca especialmente su espectacular patio interior de reminiscencias andaluzas y la zona de los baños termales con sus tinas de mármol de una sola pieza y grifería originales

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MONUMENTO AL PESCADOR 1998

Autor: Manuel Nicolás Almansa.
Este conjunto escultórico en bronce es un homenaje a las raíces marineras de Los Alcázares. Representa a un pescador que, con esfuerzo tras una dura jornada de trabajo, arrastra una red vacía. Tras él, montadas sobre caballitos de mar, dos sirenas que simbolizan el Mar Menor y el Mar Mediterráneo, apenadas por el vano esfuerzo del pescador le ayudan depositando pescado en su red.

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BALSAS DE LOS DIEGOS.
Siglo II a. C. – III d. C.

Se ignora qué tipo de construcciones complementaban estas balsas o el conjunto dentro del cual se insertaban y formaban parte. Posiblemente, estas estructuras podrían pertenecer a un complejo hidráulico mayor asociado a una villa romana dedicada a labores de índole artesano-industrial (almacenamiento de agua para labores agrícolas, tratamiento de esparto, decantación de arcillas, salazones,…).

Sus muros están realizados en opus caementicium (argamasa de cal, trabada con piedras de tamaño pequeño y mediano, fauna malacológica y pequeños fragmentos de cerámica) mediante la técnica constructiva del encofrado, con enlucido de opus signinum. Los materiales asociados permiten establecer una cronología que abarcaría desde época tardorrepublicana

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Iglesia parroquial de Nuestra Señora de la Asunción
(1898/1905)

En el mismo lugar en el que desde 1890 existía un pequeño oratorio, a instancias
de don Silvestre Santacreu Ivars, párroco de Roda, a cuya jurisdicción pertenecía
el poblado de Los Alcázares, en 1898 se inicia la construcción de esta iglesia.
La modesta ermita, finalizada en 1905, contaba con nave central con cubierta a
dos aguas, con teja de cañón, ábside pentagonal y fachada principal rematada en
una sencilla espadaña. Adosado, a la izquierda de esta fachada, existía un aljibe
que daba servicio tanto al vecindario como a los necesitados.
La iglesia ha tenido varias reformas y ampliaciones, destacando la que tuvo lugar
en 1953, en la que se eliminó la espadaña y se construyó la actual torre
campanario de cinco cuerpos y 21 m de altura.
El interior, decorado con pinturas al fresco al más puro estilo barroco murciano,
está presidido por la imagen de la patrona de Los Alcázares, la Virgen de la
Asunción, magnífica talla realizada en 1951 por el escultor pilarense José M.ª
Sánchez Lozano.
En 1970, Monseñor Roca Cabanellas, obispo de la Diócesis de Cartagena, le
confirió el título de parroquia.

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Playa de La Hita

Situada al norte del término municipal de Los Alcázares, la playa de La Hita, con
28,5 hectáreas, es el menor de los humedales asociados al Mar Menor. Se trata de
un criptohumedal caracterizado por poseer una barra arenosa en la primera línea
de costa y, hacia el interior, aparecen las distintas comunidades vegetales y
pequeñas lagunas estacionales que se alimentan tanto de las aguas de
escorrentía como por infiltración del agua del mar. Su vegetación se compone de
dos tipos de comunidades: el saladar y el carrizal.
Junto con otros espacios como la Marina de El Carmolí o Lo Poyo, integra el
Paisaje Protegido Islas y Espacios Abiertos del Mar Menor, y posee varias figuras de
protección: Zona de Especial Protección para Aves (ZEPA), Lugar de Importancia
Comunitaria (LIC), Humedal de Importancia Internacional (RAMSAR), Zona
Especialmente Protegida de Importancia para el Mediterráneo (ZEPIM).

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Aljibe Colorao

En una zona árida como es la Cuenca del Mar Menor, la escasez de agua se
solventó con la construcción de aljibes y depósitos de agua que permitían
acumular el agua de lluvia en gran cantidad y conservarla durante largo tiempo.
Históricamente unidos a las tierras de Los Alcázares, se hallaban sus aljibes.
Conocidos desde la Edad Media, llegaron a existir 11 aljibes, pertenecientes al
Concejo de Murcia, de uso común para los habitantes del campo, para todos
aquellos que pasaran por la zona y, sobre todo, para dar de beber a los ganados
que, en régimen de trashumancia, llegaban desde las tierras del interior
peninsular e invernaban en los amplios y excelentes pastizales de la ribera del
Mar Menor.
El aljibe Colorao (aljibe de cúpula, originalmente enlucida en almagre, con caseta
de extracción de techo a cuatro aguas) es un claro ejemplo de esos aljibes
municipales que jalonaban este territorio.
Actualmente, en el término municipal de Los Alcázares se conservan varios de
ellos con diversa tipología:
-Aljibe del Rame (de bóveda de cañón transversal)
-Aljibe de Los Muñoces (de bóveda de cañón longitudinal)
-Aljibe de Los Lorenzos (de cúpula con caseta de extracción con techo a dos
aguas de teja de cañón)

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Molino del tío Manuel Lambertos

Tipo: molino de agua
Partes integrantes, pertenencias y accesorios: torre con pozo sobre plataforma
circular. Balsa circular. Pozo de noria de tiro.
El molino de las dos torres
Este molino, originalmente estuvo situado más al este, a unos doscientos metros,
muy cerca del mar (concretamente, junto a la casa del Infante de Orleans y la
granja), en los terrenos que en la década de los años 20 del siglo pasado fueron
expropiados por la aviación militar para la ampliación de la Escuela de Combate y
Bombardeo Aéreos de Los Alcázares. La autoridad militar ordenó desmantelar el
molino para prevenir accidentes. El propietario, Manuel Lambertos, para evitar
dejar sus tierras sin agua, tras conseguir los tratos, ruedas, aparatos, maderas
velas, cordajes y arcabuces del antiguo molino, los instaló en una nueva torre,
junto a un nuevo pozo excavado que tenía el suficiente caudal para cultivar el
resto de sus tierras que no fueron expropiadas.
Los molinos de viento son uno de los elementos de ingeniería agraria más
característicos y originales del Campo de Cartagena-Mar Menor, indispensables
durante siglos para la subsistencia del campesino y de toda la estructura
productiva de la zona. Los campesinos de estas tierras aprendieron pronto a
convertir los fuertes vientos de la costa en energía útil para labores como la
molienda o la extracción de agua del subsuelo.
Abundan por todo el paisaje de esta comarca (Fuente Álamo, Cartagena, La
Unión, El Algar, La Puebla, Torre Pacheco, Los Alcázares, San Javier, San Pedro
del Pinatar) hasta el inicio de la Sierra de Carrascoy.
Por su alto valor cultural y paisajístico, todos los molinos de viento del Campo de
Cartagena están declarados Bien de Interés Cultural con categoría de
monumento

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Tren Minero. Año 2007

Es una de las joyas industriales en España, Por sus características, los
apasionados a las locomotoras destacan la Marqués de Bolarque (1914) como
una leyenda en la historia del ferrocarril industrial Y representa el
hermanamiento entre la minería asturiana y la Murciana.
Locomotora 650 mm de 1914, Borsing, utilizada por Duro Felguera en la
explotación de carbón en el pozo Carrio de Laviana transportando el mineral
por el valle del Nalón. La locomotora recibe ese nombre por el Marqués de
Bolarque, de la familia Urquijo, fundadora del banco del mismo nombre, que
fue en el siglo XIX presidente del Banco Minero Industrial de Asturias, con sede
en Gijón (tercera sede de la banca Urquijo tras abrir en Madrid y Barcelona, y
de la Compañía Telefónica Nacional de España. La comercialización de carbón y
graneles era estratégica dentro de su negocio en aquel contexto.
Podría seguir transportando carbón desde los pozos asturianos hasta los
lavaderos, que es lo que hizo durante 70 años. Esta máquina centenaria de un
tren minero ascendió a la categoría de monumento en su último destino, la
plaza junto al Montepio de la Minería Asturiana. Con él Los Alcázares rinde
homenaje a los numerosos asturianos, la mayoría mineros retirados,
residentes y turistas, que han convertido a Los Narejos en un trozo del
Principado,
La maquinaria de 14 toneladas de peso ha sido restaurada pieza a pieza por
los trabajadores del Pozo Monsacro

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Monumento al Voluntario. Año 2020
Autor: Manuel Pérez Alvarez.

En homenaje a todos los voluntarios que ayudaron al municipio de Los
Alcázares tras las devastadoras inundaciones de diciembre de 2016 y
septiembre de 2019.
Estas últimas golpearon al pueblo dejándolo más de un mes paralizado debido
a los destrozos ocasionados por el agua que inundó calles, casas, comercios,
instalaciones, infraestructuras y lo peor de todo recuerdos insustituibles para
familias de Los Alcázares.
Estas botas se convirtieron en un símbolo para todos, con ellas recordamos
aquellos tristes días y reconocemos que gracias al esfuerzo y la ayuda de los
miles de voluntarios que llegaban a Los Alcázares dispuestos a quitar lodo y a
sacarnos una sonrisa con su impagable generosidad, conseguimos seguir
adelante.
“En la adversidad os hemos encontrado … tanta buena gente de tantos lugares
del mundo”

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Monumento Avión C101

Este monumento aeronáutico fue inaugurado el 7 de mayo de 2022, convirtiéndose en un lugar emblemático en Los Alcázares. Se trata de una aeronave C101 que anteriormente volaba con la Patrulla Águila. La aviación y Los Alcázares se dan la mano desde hace más de cien años. Se encuentra ubicado en una rotonda en la Avda. Libertad con Avda. Mariano Ballester

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Yacimiento Rey Lobo

Este lugar de interés arqueológico, por cuya primera excavación se confirma la presencia de una villa romana, se encuentra en el paseo marítimo, junto al emblemático Hotel Balneario La Encarnación. De él se han extraído fragmentos de molduras de yeso que los expertos han datado en base al estilo pictórico, de época Flavia, entre los años 80 y 125.  El resultado de las catas corrobora la existencia de un palacete romano, pero, sobre todo, ha dado alas a la búsqueda del rastro del poderoso rey musulmán Muhammad ibn Sa’d ibn Mardánish  (1147-1172), conocido como ‘Rey Lobo’, rey de la taifa Mursiyya (Murcia) hasta su muerte, que podría haber utilizado parte de una villa romana para construir su alcázar frente al Mar Menor.